martes, 21 de marzo de 2017

MATEMÁTICAS. NATURALES COMO TU. EL 0

El programa Conexión Matemática, fruto de la colaboración entre la Sociedad Aragonesa de Profesores de Matemáticas y el Departamento de Educación del Gobierno de Aragón, ofrece a los centros educativos exposiciones que forman parte de las semanas matemáticas que se desarrollan en los colegios e institutos participantes en el programa. Una de estas exposiciones, de título “Naturales, como tú”, trata de aunar los números, la fotografía y la literatura.


Los números naturales son la excusa para encontrar un punto común entre disciplinas aparentemente alejadas entre sí. Diez fotografías de naturaleza que representen las diez cifras de nuestro sistema de numeración, del 0 al 9, dan pie para que escritores y periodistas aragoneses completen los carteles de la exposición con relatos vinculados a los números.

En siguientes publicaciones colgaré el texto de los diferentes autores junto con la fotografía relativa al número.


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UN TIOVIVO 

Enrique Cebrián


El cero tiene un abuelo de Arabia y un alma bipolar. El cero no sabe si tumbarse en una nube o hacerse revisor de tren, no sabe si ser moneda o poema. El cero es la nada, el agua de una fuente. El cero es la escalera necesaria para poder subir a las cifras más altas. Tiene la aristocracia de un enigma filosófico y la tierra en las uñas de lo terriblemente necesario. El cero es un invento de los hombres, como las bufandas, el whisky y la Ley de Enjuiciamiento Criminal.
He aprendido que el cero pueden ser también las estelas dejadas en el mar por lanchas que han pasado velozmente. Quizás sus tripulantes nos hayan saludado, a ti y a mí, que estamos en la playa leyendo, haciendo castillos de arena, besándonos. He aprendido que el cero puede ser ese mar, el agua inmensa del planeta. El cero puede ser azul. Un cero azul. El cero de las profundidades marinas.
El cero debiera ser la calificación más alta de un examen. No tendría que estar por detrás de otra –la mejor, dicen– que la necesita para existir. Qué placer poner un cero redondo, azul, definitivo a quien haya contestado a mis preguntas.
En la primera evaluación de Primero de EGB –no había cumplido aún los seis años– suspendí ya las Matemáticas. Un boletín blanco plastificado, con el escudo del colegio. ¿Decidí entonces hacerme poeta? Pese a la alopecia, no seré nunca Agustín Fernández Mallo. Mejor. El cero es azul, eso sí que está claro. Azul veloz.
Pero puedes tachar y tirar a la papelera todas las líneas que has leído hasta llegar aquí. Porque lo que es el cero lo sabe solo una canción que canta mi hija: “El cero es un tiovivo para pasarlo bien”. The rest –como decía aquel– is silence.

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