Cuando uno pasea por estas tierras tan a menudo solitarias y abandonadas, tienes claro que es lo que hacía a los hombres primitivos fijarse en un territorio.
Esta es la primera pintura que "descubrí" para la ciencia; y pongo entre comillas descubrí porque entiendo que el que la descubrió fue el que la hizo. Los pastores y habitantes que han convivido con ellas durante 6000 años, tanto o mas de conocimiento y ciencia que nosotros tendrían.
Recuerdo muy bien esa mañana hace 9 años, mientras observaba un petirrojo; además de esta he encontrado otras tres, que se suman a las numerosas ya descubiertas en la zona.
Todos años, como un ritual , las recorro a ver si el tiempo, la luz, o la humedad ha hecho surgir alguna nueva de las paredes ocres. Siempre en vano. Los hombres que habitaron estas sierras siguen presentes, con su espíritu por aquí danzando, pero no les da por seguir pintando.
Intento ponerme en el lugar del pintor. En vano. Todas explicaciones que he oído sobre ellas son eso, interpretaciones. Las pintaran niños, mujeres, abuelos, chamanes, cuerdos o drogados..., poca relevancia tiene, nunca lo sabremos con total certeza. Y tal vez sea mejor así, permitir que cada uno invente su historia.
La única certeza cuando recorro estos lugares, es que creo que siguen habitados. Hay algo, una energía muy potente que envuelve los despoblados. Difícil de calibrar para un científico, algo que no cabe en una tesis ni en una carta arqueológica y que para mí es el motor de búsqueda.
Cuesta entender como en zonas cercanas y parecidas como Albarracín, hace años que las sacaron a la luz y aquí... seguiremos chutándonos con la energía que dan estos lugares; algún día, serán puestos en el mapa, y los hombres primitivos seguirán habitando sus piedras frías y escondidas.